HUESCA.- Ignacio Almudévar, ingeniero técnico agrícola y gerente de la empresa oscense Agropal, intervino el pasado miércoles en el ciclo «Empleo y emprendedores en el sector agroalimentario y ambiental» que se desarrolla en la Escuela Politécnica Superior desde febrero. Durante su intervención puso en valor el papel «estratégico y vital» del sector agroalimentario, sus fortalezas y debilidades, al tiempo que resaltó la importancia de la formación de jóvenes profesionales y el peso que deberían asumir las cooperativas. El verdadero reto, señaló, es que el agricultor y el ganadero sean «empresarios» y hacer ambas profesiones «atractivas» para los jóvenes.
Entre 2008 y 2013, el sector primario incrementó su aportación al PIB en un 50 por ciento. Si a nivel nacional representa el 2,6 por ciento, en la provincia supone el 14,48 por ciento. Detrás, sólo en Huesca capital hay más de una treintena de firmas vinculadas al sector agroalimentario, con 400 puestos de empleo y una facturación de más de 2.000 millones de euros. Por ello, Almudévar recalcó el papel que juegan los futuros agricultores, pero que «sin apoyo no tiene futuro«. Por muchas medidas de estímulo a la incorporación, éstas «no están teniendo efecto». En 2007, un 45 por ciento de los agricultores aragoneses eran mayores de 64 años. Aparte, su formación específica sigue siendo limitada, teniendo el 77 por ciento titulaciones de Primaria o sin estudios.
A pesar del peso de la agricultura, de las 21.060 empresas que hay en la provincia, 921 pertenecen al sector agroalimentario y el 80 por ciento apenas superaban los 5 trabajadores. Mientras, las cooperativas prácticamente se dedican a la transformación primaria y no desarrollan productos con valor añadido. Y eso que de las 20 primeras empresas de la provincia en volumen de producción, el 85 por ciento pertenecen al sector. «Tenemos una gran dependencia del sector, con grandes empresas, pero no sacamos valor añadido«, destacó Almudévar, ya que a pesar de la elevada producción gran parte de los productos van a industrias de otras regiones para su transformación.
Simplemente basta con comparar el peso del sector agroganadero de Aragón en el PIB nacional (4,7 por ciento) frente al 2,5 de la industria agroalimentaria, cuando en regiones vecinas como Cataluña representa el 21,3 por ciento. A nivel nacional, añadió, España es una «potencia mundial«.
Como muestra, la situación del sector porcino. España es el primer país productor de Europa y el tercero del mundo después de China y Estados Unidos. Provincias como Huesca, además, superan a otras cercanas como Lérida en la producción ganadera, comentó Almudévar. Sin embargo, el problema sigue estando en la transformación. De hecho, en Aragón únicamente hay dos mataderos, uno de ellos el de Fribin en Binéfar, para poder completar todo el proceso.
Lamentablemente este sector está «muy atomizado» y para lograr organizarlo y darle una estructura «empresarial», el papel «fundamental» lo tendrían las cooperativas. España tiene 4.553 frente a las 2.100 que hay en Alemania, con una facturación media de 6,5 millones, mientras esta cifra asciende a 9,5 millones en la media europea y está muy lejos de los 110 y 900 millones que rondan países como Francia, Suecia o Dinamarca. Estas agrupaciones de productores deberían dotarse de una mayor dimensión y tener al frente de los órganos de decisión a profesionales bien cualificados, con lo que podría «mejorar la posición y reconocimiento del sector y potencial de las zonas rurales«. Algo en lo que también tendrían su papel las instituciones públicas, «incentivando» las uniones para poner en marcha iniciativas «importantes» como un matadero o una gran industria.
J.ARNAL
Publicado en Diario del Altoaragón el 14/03/2016